26 enero 2006

FIESTA DE GALA

Todo el Liceo se viste de gala para esta fecha particular...alumnos, alumnas, profesores, profesoras, apoderados...en fin, la mejor muestra de los trapos y maquillajes (que para mi son disfraces) en el día más tradicional del Aniversario. Mi historia es casi patética, rayando en lo absurdo, el vestido, falda y blusa que me mandé a confeccionar en el verano para el matrimonio de mi prima tuvo que sufrir serias alteraciones, ya que en esa época yo pesaba 10 kilos más y por el sólo hecho de pasarlo tan bien y bailar con Pato, Carlos y Rodrigo (que buena mi analogía!!!), se rompió en un sitio que atrae miradas furtivas y/o malintencionadas. En fin, el vestido se puso en manos de la modista y su arte (que por suerte es mi vecina) y aquellos hilos y tizas fueron muy generosos con el mentado atuendo. Mi vestido, a pesar de todos los ingeniosos y quirúrgicos tratamientos, me quedó grande, pero no se notaba tanto. La peluquería, la 'manito de gato', la depilación, los zapatos, todo listo y dispuesto para el magno evento (cualquiera pensaría que las fiestas de Casapiedra u otros son alpargatas comparadas con esta), que no es tan magno, porque la orquesta que contrataron tocaba pésimo (o tal vez tocaban bien pero se escuchaba mal), la decoración del Gimnasio en donde ocurrió el acontecimiento dejaba TODO que desear, el ambiente era soberanamente desagradable, lo único que me salvó del suicidio fue la invitación de mi mejor amiga a beber un trago para poder entrar en calor (estaba más frío que pata de pingüino). El salvaje, pero seductor ron nos salvó de la hipotermia, pero nos abrió las puertas de la esquizofrenia, de esa sana, de esa que aparece cada vez que uno bebe con 'moderación'. Nos reímos, conversamos, comparamos cada cicatriz, pelo, vena, y color de nuestras piernas, pies planos, rodillas como rallador, etc. Me sentí bien, contenta, comprendida. La noche de Fiesta de Gala no volverá a ser lo mismo sin la compañía de ron, ese amigo que tardó, pero llegó en el mejor momento.